Capítulo 1: La quedada en la plaza mayor

Pasan dos minutos de las seis de la tarde y María comienza a mirar su reloj con impaciencia. Como siempre, ha sido la primera en llegar a la Plaza Mayor de la ciudad, el punto de reunión habitual del grupo, y espera impaciente al resto de sus amigos bajo la estatua de bronce que hay en el centro de la plaza.

Al levantar de nuevo la vista, María distingue entre la multitud, en el fondo de la plaza, a Claudia, que acompaña a Carlota y a su perro de asistencia Loki. María levanta la mano para llamar su atención y sonríe cuando Claudia le devuelve el saludo.

— ¡Ya era hora! —exclama María cuando sus compañeras se acercan.

— No pasan ni dos minutos de las seis —contesta Claudia— lo que pasa que tú eres una exagerada con el tema de la puntualidad.

—  No soy una exagerada, es que ya nos conocemos — responde María. — ¿Sabéis que tengo que coger dos autobuses para venir aquí? Hoy a uno de ellos ni si quiera le funcionaba la rampa para poder subir mi silla y me ha tocado esperar al siguiente. ¡Y aun así siempre llego la primera!

— ¡Eso es porque siempre sales de casa como dos horas antes! ¡Y eso si es que no has pasado la noche aquí sólo para estar la primera y echárnoslo en cara! —contesta Carlota riendo mientras su perro, Loki, se sienta paciente a su lado.

Tras unos minutos de charla, aparece Lucas y se suma al grupo.

— Buenas tardes chicas. Perdonad la tardanza, pero mi madre ha insistido en traerme hasta aquí en coche y hemos aprovechado para dejar a la abuela en su casa, que hoy ha comido con nosotros.

— Tienes que decir a tu madre que te dé un poco de cancha ¡Lucas! —contesta Carlota— Es demasiado sobreprotectora contigo.

— ¿Te refieres a que me dé una cancha de baloncesto? A mí no me gusta ese deporte —pregunta Lucas extrañado—.

— ¡No! Ay, siempre me olvido de no usar el doble sentido cuando hablo contigo… —contesta Carlota— Me refiero a que tu madre tiene que dejarte más libertad, dejarte hacer las cosas solo, como venir aquí.

— Tú lo tienes muy fácil Carlota, como tienes a Loki… —responde Claudia señalando perro— A mí me vendría bien un guía así cuando pierdo la cobertura de Google Maps. ¡Soy un desastre para orientarme!

— ¡Incluso aunque tengas cobertura, Google Maps, un perro guía y un mapa te perderías! —responde María riendo. — Por cierto… ¿Dónde se ha metido Ramón? Ya son casi las seis y cuarto y no aparece ¡es un tardón!

— Creo que dijo en el grupo de Whatsapp que tenía ensayo con su banda antes de quedar —comenta Lucas revisando el móvil.

— ¿No os parece increíble que toque la batería tan bien? ¿Cómo es capaz de coordinarse como lo hace con el resto de instrumentos? — pregunta Claudia.

— Creo que lo hace a través de las vibraciones —responde María—. Él no puede escuchar los sonidos pero siente las vibraciones de la percusión o de la música con su cuerpo y se guía así. Nos lo contó el día que nos invitó a aquel concierto de su grupo en el Espacio Joven.

Mientras el grupo comienza a conversar sobre sus recuerdos del día del concierto y se envuelven en una discusión sobre el estilo musical del grupo de Lucas, él aparece al fondo y atraviesa la Plaza Mayor corriendo para hablar con sus amigos.

— ¡Ya estoy aquí! Perdonad la tardanza, pero nos hemos liado con el ensayo. ¿Ya habéis decidido lo que vamos a hacer?

— Estábamos esperándote —contesta María, utilizando lengua de signos mientras mira a Ramón—. ¿Os apetece ir al cine?

— ¡Oye, estás progresando mucho con la lengua de signos! —responde Ramón sorprendido—. Ya sabía que se te dan bien los idiomas, pero realmente tienes un don. A mí el cine sí me apetece, creo que acaban de reformar las salas del centro. ¿Vamos?  El resto del grupo asiente y juntos atraviesan la plaza en dirección de las salas de cine.

Seguir leyendo Capítulo 2: Una película ¿de terror? >>

Scroll hacia arriba

Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y optimizar su navegación.

Si continúa navegando o pulsa el botón ACEPTAR, consideramos que acepta nuestra política de cookies. Leer más.

ACEPTAR
Aviso de cookies